Mont Blanc por Italia

Una forma de ascender el Monte Bianco para muchos llena inconvenientes, pero para otros repleta de ventajas.

Todo montañero que se plantea realizar ascensiones en los Alpes piensa en el Mont Blanc y todo el que se plantea ascender el techo de los Alpes muchas veces no conoce que ruta seguir para ascenderlo.

En este artículo te contamos las ventajas de subir la montaña más alta de los Alpes, esa que todo montañero quiere tener en su haber, por una ruta más salvaje, menos masificada, más exigente físicamente, más larga, con más desnivel, que requiere de más días… un montón de características que para muchos son “los menos” y para unos pocos son “los más”.

¿Quieres ser de los muchos que suben el Mont Blanc o de los pocos que ascienden el Monte Bianco?

Para ascender el Monte Bianco (Mont Blanc en italiano) por la denominada vía del Papa (Italia), debes prepararte físicamente a conciencia. El día de cima son algo más de 1800 metros de desnivel positivo (y negativo) y unas 12 horas de actividad. Esto hace que plantearse hacer cima y bajar hasta el coche en el día sea una paliza poco o nada recomendable. Gracias a que la ruta es así, al menos pasaremos dos noches en el Refugio Gonella, aunque, como veremos en breve, recomendamos tres.

Otro aspecto importante es la aclimatación previa, pues el Mont Blanc es una montaña muy alta. Sus 4.808 metros hacen que sea necesario un programa de aclimatación previo bien diseñado.

La experiencia nos dice que tras una semana de actividad ascendiendo otros cuatromiles cercanos, y descansando un día antes de subir a Gonella, tendremos muchas más opciones que si queremos hacerlo de forma “Express”. En la ascensión al Mont Blanc, las prisas no son buenas.

El Monte Bianco requiere de unas condiciones meteorológicas estables. Si cerca de la cumbre nos coge mal tiempo, estaremos en serios problemas. Mucha gente ha subestimado esta montaña y ha acabado mal. Tengámoslo en cuenta y dejemos días de margen en nuestro programa por si acaso tenemos que adaptarnos.

Recomendable pues, una semana de aclimatación, realizando actividades como el Breithorn por Italia (desde el Refugio Teódulo), el Gran Paradiso o algunos cuatromiles del valle del Saastal (Saas Fee, Saas Grund, Saas Almagell), como el Weissmies, el Allalinhorn o el Lagginhorn.

Tras la obligatoria aclimatación, subiremos al Gonella, que ya es una buena excursión en sí misma, a través del casi desaparecido glaciar de Miage y las Agujas Grises.

Recomendamos para disfrutar la ascensión al Mont Blanc por Italia: Subir al refugio - Día de descanso - Ascenso a cima y noche en Gonella – Descenso al coche.

Así pues, 3 noches en el Refugio Gonella. Se pueden acortar a dos, si tras el ascenso al refugio esa misma noche salimos para cima. El desayuno se sirve entre las doce y la una de la mañana, con lo que, si nos planteamos hacerlo en dos noches, el consejo es madrugar mucho el día de subida al Gonella para estar el resto del día descansando antes de salir para cima esa misma noche.

Pasando una sola noche en el refugio no se disfruta, salvo que nos hayamos planteado algún reto, bajo nuestro punto de vista, respetable, pero absurdo.

Debemos plantearnos el Mont Blanc por Italia en la primera mitad del verano. Salvo años de mucha nieve, el glaciar inicial de la ruta se convierte en un laberinto y los montañeros dejan de ir por la vía del Papa, con lo que el Refugio Gonella (3.072 metros), cierra.

La primera parte del recorrido discurre por el glaciar del Dome (ojo avanzada la temporada), seguido de una zona más empinada de acceso al collado de las Agujas Grises (3.810 metros), una arista de nieve bastante afilada tras el pitón de los italianos (4.002 metros), para seguir con una ruta de nieve sencilla hacia al Dome du Gouter, donde enlazaremos con la ruta normal francesa, que viene del Refugio Gouter, donde, según nuestro ritmo, nos amanecerá. Si hace mucho frío es una buena idea resguardarse en el refugio de emergencia Vallot, comer algo, beber té caliente y luego, repuestos, continuar.

Del refugio Vallot (4.362 metros) ya sólo nos quedará la arista de “Les Bosses” y cumbre. En un día despejado el espectáculo está garantizado.

Hemos hecho la mitad, ahora toca bajar. Ojo a la transformación de la nieve en días de calor y a los puentes de nieve en el glaciar del Dome.

A buen seguro llegaremos al Refugio Gonella bastante cansados, pero la sensación de haber hecho una actividad mucho más exclusiva, exigente e incluso elegante, hará que, junto con unas buenas cervezas, se olvide el esfuerzo realizado y nos quedemos con todos los “más”, esos que para muchos son los “menos”.

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